¡ALTO AL GENOCIDIO EN GAZA!
¡VIVA LA RESISTENCIA PALESTINA!
¡Todos y todas somos palestinos!
El imperialismo no nos va a tratar mejor, si nos atrevemos a resistir.
Hay que parar la agresión, con la fuerza de la movilización internacional.
A diez días del inicio de la ofensiva israelí contra Gaza, las atrocidades contra la población palestina son indescriptibles: 555 muertos y más de 2700 heridos en los bombardeos y los ataques de la artillería israelí, un verdadero genocidio. La prensa occidental destaca “el uso desproporcionado de la fuerza” por parte de Israel, señalando que hasta el momento como resultado de los cohetes caseros palestinos sólo han muerto tres israelíes y un soldado en los combates terrestres. Sin embargo, no sólo la prensa, desde los gobiernos europeos hasta las ONGs “humanitarias”, un “respetable” abanico de la opinión pública en las democracias imperialistas, responsabiliza en última instancia a Hamas de la respuesta israelí, apelando a que ambas partes dejen de lado el uso de la fuerza y se negocie una tregua.
Con el apoyo de Washington, Israel está intentando quebrar la resistencia palestina, para favorecer una mayor penetración y control imperialista sobre el Medio Oriente. Hace 2 años, la ofensiva contra Hezbollah en el Líbano les fracasó, aunque dejaron medio país destruído y el Sur del Líbano sembrado de millones de bombas racimo. Derrotar la resistencia palestina es clave, para que Israel pueda penetrar económicamente en Egipto y las monarquías del Golfo, y presionar a Obama para que avance en la escalada guerrerista contra Irán (Obama no ha descartado una política de fuerza contra este país si no se somete al dictado de Washington y se sabe que los sionistas tienen muy avanzados los preparativos militares con el Pentágono). Con cinismo, los políticos israelíes miden también sus posibilidades electorales en marzo, que habrá elecciones, sobre la cantidad de sangre del pueblo palestino que están derramando.
Este es el significado profundo de la ofensiva para desangrar al pueblo palestino y fragmentar la franja de Gaza. Los cohetes caseros que lanzan los palestinos desde Gaza son sólo el pretexto para la agresión. Más allá de que no podamos compartir el proyecto político reaccionario de Hamas de instaurar un estado teocrático, frente al cerco que vive la población de Gaza, hambreada y sin medicinas, por el bloqueo permanente de Israel, defendemos el derecho del pueblo palestino a resistir militarmente al opresor sionista. Desde 1948, que los Estados Unidos impusieron la creación del estado de Israel para utilizarlo como un portaviones suyo anclado en tierra árabe, Palestina es tierra ocupada, donde su población ha ido siendo arrinconada con métodos terroristas (no muy diferentes a los que emplearon los nazis) en pequeños guettos. Negar el derecho del pueblo palestino a resistir al colonizador sionista, es equivalente a criticar la resistencia de los pueblos europeos al ocupante nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
La colaboración traidora de Yasser Arafat y su sucesor Mammoud Abbas de Al-Fatah, después de la firma del Tratado de Oslo, sólo ha servido para que Israel construya impunemente un muro que encierra en verdaderos guettos los pueblos y ciudades palestinas de Cisjordania.
En un artículo de David Hartwell en la revista británica especializada en problemas de defensa, Jane’s Defence Weekly, se señala que una victoria israelí sobre Hamas no es posible y que "La situación de seguridad en el sur de Israel y en Gaza no va a mejorar ni a largo plazo. (...) Israel considera, probablemente, que tiene de una semana a diez días para acabar sus operaciones en Gaza. (...) Sin embargo, tendrá que enseñar resultados tangibles para justificar ante la población israelí el costo en vidas y dinero. Por esto, los llamados a un cese del fuego van a ir aumentando, mientras se prosiguen los combates en Gaza, hasta que Israel estime que ha alcanzado sus objetivos o que los Estados Unidos comiencen a hacer pública su inquietud en cuanto al costo diplomático de las operaciones –una hipótesis poco probable a corto plazo dada la situación con el gobierno". (Le Monde, 5/1/2008)
“Los llamados a un cese del fuego” han comenzado de parte de los gobiernos europeos, principalmente del francés, que hace la corte a la monarquía saudita y teme más la radicalización que se puede producir en el mundo árabe. Como durante el conflicto del Líbano, la política de Bush por el contrario (con el silencio cómplice de Obama) es dejar que Israel golpee y por eso frenan por debajo de la mesa los intentos diplomáticos de obtener una tregua. La imposibilidad que señala Hartwell de que Israel derrote a Hamas, no es militar. Tiene que ver con la movilización de las masas del Medio Oriente en apoyo a los palestinos y la extensión de la solidaridad por todo el mundo.
Si los gobiernos árabes títeres de los yanquis, como el régimen de Mubarak en Egipto, comienzan a sentir que se les mueve la silla por la indignación de sus pueblos, aumentará la presión sobre Washington y Tel-Aviv para parar la carnicería. Incluso el traidor Mammoud Abbas podría romper las “negociaciones de paz” con Israel. Por eso hay que apostarle a la movilización solidaria. Es la única forma de derrotar la agresión. El pueblo de Gaza prácticamente está desarmado, con el sólo recurso, para defenderse frente a los tanques israelíes, de las piedras que quedan en los escombros que provocan los bombardeos de la aviación y la artillería israelíes.
En un reportaje de Televisión Española sobre las movilizaciones que se repiten a diario en España, nos llamó la atención un cartelito de una andaluza: “Todos somos palestinos”. La tarea de la solidaridad con el pueblo palestino nos incumbe no simplemente por razones humanitarias. En medio de la crisis a la que camina el mundo capitalista, las agresiones militares y los genocidios a los pueblos que resisten el dictado imperialista van a estar a la orden del día. Por eso tenemos que salir a la calle en defensa del pueblo palestino. Que sepan Bush, Obama y los asesinos sionistas nuestra indignación por sus crímenes contra la Humanidad.
jueves, 15 de enero de 2009
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